Naciones Unidas, 8/7/2016, (Ecoestrategia).- El
Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente
(PNUMA) acaba de publicar el informe “Panorama Global
sobre Género y Medio Ambiente”. Este reporte recomienda
un cambio sostenible y transformador en las seis áreas
que analiza: seguridad y soberanía alimentarias,
agua doméstica y saneamiento, energía, comunidades
costeras y marítimas, ecosistemas forestales, y
consumo y producción sostenibles.
El PNUMA, considera de especial importancia la integración
de la perspectiva de género en la gestión
de los ecosistemas. Se trata de conciliar las diferentes
demandas y encontrar sinergias entre hombres, mujeres,
niños y niñas en los diferentes usos que
hacen de los ecosistemas, ya sea para obtener alimentos
y agua o para sostener sus medios de vida.
En el pasado mes de septiembre de 2015, los estados miembros
de la ONU acordaron un nuevo programa histórico
para la población mundial y el planeta, la Agenda
2030 para el Desarrollo Sostenible. La igualdad de género
y el empoderamiento de todas las mujeres y niñas
es una piedra angular de este programa de desarrollo.
“Para el PNUMA los Objetivos de Desarrollo Sostenible,
ODS, son el faro que orienta cómo se van a gestionar
los ecosistemas. Esto incluye el ODS 5, sobre igualdad
de género, en el cual la participación plena
y efectiva de las mujeres en la toma de decisiones en
torno a los ecosistemas es fundamental como parte de los
esfuerzos para conciliar las diferentes demandas entorno
a los mismos”, explicó Niklas Hagelberg, experto
del PNUMA en ecosistemas.
Un marco importante para la integración de la
perspectiva de género en el desarrollo sostenible
es el Plan de Acción sobre Género 2015-2020
de la Convención sobre la Biodiversidad. Entre
otras cosas, en este plan se reconoce la importancia de
las consideraciones de género para cumplir con
las Metas de Biodiversidad de Aichi y se alienta a las
Partes a dar la debida consideración a la perspectiva
de género en sus estrategias nacionales y planes
de acción e integrar el género en el desarrollo
de los indicadores nacionales.
El PNUMA se comprometió en la cumbre de Río+20,
realizada en 2012, a llevar a cabo una iniciativa innovadora
para asegurar que la perspectiva de género tendría
un lugar más destacado en sus evaluaciones ambientales
a nivel mundial. Esto implica profundizar en los datos
desglosados por edad y sexo a nivel comunitario y familiar.
Eliminar las desigualdades
El
estudio ha identificado la propiedad de la tierra como
una de las áreas donde existen brechas y desigualdades
de género significativas. Otra es la agricultura.
Las mujeres son actores importantes en muchos sistemas
agrícolas.
Un análisis desde la perspectiva de género
en este tema pone de relieve la importancia de reconocer
los roles de las mujeres y de los hombres en el sector
agrícola y de este modo asegurar que las necesidades,
vulnerabilidades, derechos, obstáculos, conocimiento,
recursos y limitaciones de hombres y mujeres son tomados
en consideración. Las mujeres necesitan participar
en todas las discusiones sobre los problemas y posibles
soluciones y estrategias a seguir, tanto en el ámbito
local como en el global.
“Muchas mujeres juegan un papel como administradoras
y ‘protectoras de las semillas’, a veces durante muchas
generaciones. Por eso, las mujeres pueden tener un conocimiento
particular sobre las plantas y las técnicas agrícolas
que podría ayudar a las estrategias de adaptación”,
aseguró la profesora Irene Dankelman, de la Universidad
de Radboud en Nijmegen, Países Bajos.
“Si las mujeres no se incluyen cuando se discuten las
estrategias a seguir y los enfoques de adaptación,
este conocimiento no estará presente”, añadió
Dankelman, quien también es directora de la empresa
IRDANA Advice, una consultora sobre género y desarrollo
sostenible
El “Panorama Global sobre Género y Medio Ambiente”
señala que como actores clave en el sector agrícola,
las mujeres necesitan el mismo acceso que los hombres
a recursos e insumos como el crédito, los programas
de formación y las nuevas tecnologías agrícolas.
Actualmente, en la mayoría de los lugares se margina
a las mujeres en estos ámbitos.
Este análisis concluye que a menos que las mujeres
están incluidas igual que los hombres en todos
los contextos de toma de decisión, como el desplazamiento,
las cuestiones de seguridad, los medios de vida e incluso
la participación en foros mundiales como las reuniones
de los tratados internacionales sobre el cambio climático,
las soluciones que se propongan no reflejarán todas
las dimensiones del problema, no tendrán un impacto
en las causas de la desigualdad y, por lo tanto, sólo
serán parcialmente efectivas.
El informe completo (en inglés) puede leerse en:
http://web.unep.org/sites/default/files
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