WWF/ADENA
PUBLICA LA LISTA DE LAS 10 ESPECIES MÁS CODICIADAS
Madrid,
(Ecoestrategia).- Aunque pueda parecer que el Pez
Napoleón y el Ramín –un árbol
tropical asiático- no se encuentran entre las especies
más demandadas, son de hecho dos de las diez especies
más codiciadas a escala internacional. Según
el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF/Adena), los peces
y la madera asiática están tan perseguidos
que estas dos especies forman parte ya de la lista de especies
amenazadas a causa del comercio internacional no regulado.
Mientras los delegados de 166 países se preparan
para ir a Bangkok el próximo mes con motivo de la
13ª reunión del Convenio sobre Comercio Internacional
de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES),
WWF/Adena presentó su lista bianual de las 10 especies
más codiciadas del mundo, compradas, vendidas, matadas
o capturadas para el mercado internacional.
Según Susan Lieberman, Directora del Programa Internacional
de Especies de WWF/Adena, “la lista de este año
refleja la gran variedad de especies con las que se comercia
actualmente. Aunque el comercio debe prohibirse en caso
de algunas especies amenazadas bien conocidas, hay otras
muchas especies no tan conocidas que están sufriendo
el comercio no regulado”.
Lieberman añadió que “WWF/Adena está
pidiendo una regulación más estricta para
estas especies, como el Pez Napoleón, un fascinante
pez tropical amenazado por la demanda de la industria alimenticia
asiática; así podremos evitar que se una al
tigre o al elefante asiático, ambos en peligro de
extinción”.
La lista 2004 de las especies más codiciadas, amenazadas
por el comercio insostenible y la presión de los
consumidores es la siguiente:
Pez Napoleón (Cheilinus undulatus):
este pez tropical de arrecife es capturado y exhibido vivo
en tanques de agua de restaurantes del este asiático.
La demanda por este apreciado pez ha crecido continuamente
y en la actualidad pueden pagarse más de 100€
por kilo. Su pesca es insostenible y, como se trata de una
especie rara y de baja tasa reproductora, sus poblaciones
están ahora amenazadas.
Ramín (Gonystylus spp.): árbol
tropical de Indonesia y Malasia, cuya madera se utiliza
en molduras, puertas y marcos. El Ramín crece en
bosques palustres de turba, donde es talado de forma ilegal
poniendo en peligro habitantes de sus bosques tan escasos
como el tigre o el orangután.
Tigre (Panthera tigris): en el último
siglo la población de tigre ha disminuido un 95%,
quedando poco más de 5.000 en libertad. La amenaza
más importante es la caza furtiva para comerciar
con sus pieles y los huesos para fabricar medicinas tradicionales
chinas, así como la disminución de sus presas
debido al furtivismo.
Gran tiburón blanco (Carcharodon carcharias):
el tiburón más grande del mundo es pescado
ilegalmente para comerciar con sus mandíbulas, dientes
y aletas, productos muy cotizados en todo el mundo. Los
tiburones blancos están amenazados también
debido a la pesca accidental en redes de pesca y los que
sobreviven son matados para comerciar con sus partes.
Delfín de Irrawaddy (Orcaella brevirostris):
la mayor amenaza para este raro delfín es el enredamiento
en las redes de pesca y los daños provocados por
los explosivos utilizados para pescar ilegalmente. También
hay demanda de esta especie para su exhibición en
zoos y acuarios, pero está tan amenazado que incluso
su comercio limitado es peligroso para su supervivencia.
Elefante asiático (Elephas maximus):
el furtivismo de elefante para obtener marfil y carne sigue
siendo un gran problema en muchos países asiáticos,
al igual que la pérdida de hábitat. Desde
1995 han aumentado los cargamentos ilegales de marfil, sobre
todo debido a la alta demanda en China. Existen entre 35.000
y 50.000 elefantes asiáticos en libertad, además
de unos 15.000 en cautividad.
Tortuga de nariz de cerdo (Carettochelys insculpta):
a pesar de su extraño morro, este galápago
gigante, propio de Papua Nueva Guinea, se ha transformado
en una mascota muy popular en todo el mundo. Como consecuencia,
sus poblaciones están sufriendo los efectos de la
demanda internacional de animales como mascotas. Los nidos
de esta tortuga resultan, además, expoliados con
frecuencia; los huevos se comen o venden.
Cacatúa de cresta amarilla (Cacatúa
sulphurea): quedan menos de 10.000 individuos de
este ave de aspecto extraño, muy apreciado en el
comercio internacional de animales. Indonesia, donde vive
en la naturaleza, ha propuesto para esta reunión
de CITES la completa suspensión de su comercio internacional.
Gecos del género Uroplatus (Uroplatus ssp):
las 10 especies de Uroplatus son endémicas de Madagascar.
Estas salamanquesas con aspecto de corteza de árbol,
están siendo vendidas internacionalmente a un ritmo
alarmante. También se encuentran amenazadas por destrucción
y fragmentación de su hábitat.
Tejos asiáticos (Taxuas chinensis, T. Cuspidata,
T. Fuana, T sumatrana): por toda Asia, se recolectan
las cortezas y acículas de los tejos de modo insostenible.
Estas partes de los árboles contienen principios
químicos con los que se elabora el Taxol, un remedio
para el cáncer. Si la explotación continúa
al ritmo actual, se agotará la fuente de este importante
medicamento.
Muchas de estas especies (como por ejemplo el tigre y el
elefante asiático) han permanecido en la lista de
los -más codiciados- durante la última década.
Ello indica un pobre progreso en la lucha contra el comercio
ilegal y otras amenazas que las afectan. Otras especies
(como el tiburón blanco y el ramín) han tenido
el triste honor de acceder a esta lista a causa del aumento
de la demanda internacional. De ellos se deduce que su comercio
precisa una gestión y un control estrictos.
BIOPROTECCIONISMO EN EL REINO DEL LIBRE
COMERCIO
Washington,
(AIS).- Podría haber sido una exportación
como cualquier otra, pero aquel millón de limones
argentinos con rumbo a Canadá fue incinerado a su
paso por territorio estadounidense. El motivo: la Secretaría
de Agricultura norteamericana había recibido un e-mail
anónimo en el que se indicaba la existencia de ántrax
en los limones, lo que hizo que la carga se confiscase y
destruyese pese a no encontrarse rastro de la bacteria.
Las autoridades estadounidenses tienen capacidad para realizar
acciones como ésta del pasado agosto por virtud de
la Ley de Seguridad de la Salud Pública y Preparación
y Respuesta al Bioterrorismo, más conocida como Ley
sobre Bioterrorismo, de junio de 2002.
Se trata de una de las numerosas medidas restrictivas adoptadas
por el gobierno estadounidense a raíz de los atentados
terroristas del 11 de septiembre de 2001. Los ataques generaron
un clima de miedo ante una nueva agresión terrorista
que se convirtió en pánico unas semanas más
tarde, cuando instituciones y medios de comunicación
recibieron una serie de cartas que contenían ántrax.
Poco importó que, pasada la tempestad, todas las
pruebas indicasen que el envío de cartas había
sido realizado por norteamericanos y desde territorio estadounidense:
se adoptó una ley basada en que el peligro siempre
viene de fuera.
La Ley sobre Bioterrorismo obliga a todos los operadores
comerciales que quieran exportar a Estados Unidos a registrase
en el país, a contar con un agente domiciliado en
el mismo y a notificar todos los productos a la entrada
de territorio estadounidense, no menos de 8 horas ni más
de 5 días antes del envío. Como en el caso
de los limones argentinos, esta notificación previa
afecta no sólo a los alimentos que se importen en
Estados Unidos, sino a los que discurran por suelo norteamericano.
Y, como en el mismo caso, la Food and Drug Administration
(FDA) -el organismo competente- puede retener administrativamente,
e incluso destruir, alimentos si posee “información
creíble” de que dichos alimentos representan
una amenaza para la salud de personas o animales. Vista
la aplicación de la norma, se entiende por “información
creíble” un e-mail anónimo. Además,
si hay un problema con el embarque y la FDA lo detiene en
el puerto para su control, los costos (almacenaje, transporte,
inspección, entre otros) serán soportados
por el dueño del producto.
Tal número de trabas ha generado ya el surgimiento
de algunas actividades fraudulentas en la red. Así,
un importante número de nuevas empresas realizan
en la red una labor de publicidad engañosa, ofreciéndose
como agentes de las empresas extranjeras, e incluso indicando
que tienen relación o experiencia con la FDA, a cambio
de unos 600 dólares anuales.
La Ley ha sido muy criticada por los importadores de alimentos,
no sólo porque supone un aumento de gastos y demoras
en sus operaciones, sino porque consideran que se trata
de una medida desproporcionada que va mucho más allá
de la lucha contra el bioterrorismo. “Es una formidable
barrera para-arancelaria que Estados Unidos puede aplicar
discrecionalmente a cualquier país que lo perjudique
en el comercio exterior", asegura Jesús González,
ex subsecretario de Puertos y Vías Navegables de
Argentina. Proteccionismo encubierto, que impide la libre
circulación de mercancías que tanto propugna
-y a la vez tanto vulnera- la Administración estadounidense.
Este verano estaba previsto que la Ley entrase en su cuarta
y última etapa -tras tres de información y
capacitación-, pero finalmente se decidió
posponer la fecha hasta noviembre, ya que de las 420.000
compañías a las que teóricamente afecta
la norma, sólo se habían registrado poco más
de la mitad. "Realmente no tenemos claro si sobrestimamos
la cifra de compañías o si hay aún
200.000 que no se han registrado”, reconocía
Leslye Fraser, directivo de la FDA, en lo que pone de manifiesto
que una legislación restrictiva no significa necesariamente
mayor control de las actividades.
Tras el 11-S, Estados Unidos vive más que nunca
obsesionado por su seguridad y por la posibilidad de un
nuevo atentado, sea o no con armamento biológico.
La Ley sobre Bioterrorismo es fruto de este momento histórico
en el que se mezclan la posibilidad real de un atentado
con la utilización partidista de ese miedo. La reducida
visión de la misma (sólo concibe la amenaza
exterior), la dificultad de su implementación y su
papel como traba al comercio internacional la convierten
más en un instrumento de “bioproteccionismo”
que de seguridad.
1.400 MILLONES DE ANZUELOS, UNA TRAMPA
MORTAL PARA LAS TORTUGAS
(Oceana).-
Las más de 400.000 tortugas marinas que
se enganchan cada año en los anzuelos de las flotas
palangreras, a uno y otro lado del Atlántico, según
ha denunciado la organización ecologista Oceana,
son víctimas de un arte de pesca que se emplea con
el objetivo de capturar pez espada, túnidos y, en
ocasiones, tiburones. Las tortugas marinas son especies
no deseadas, al igual que las pastinacas, peces luna, palometas,
lampugas, así como algunas especies de marlines,
túnidos y tiburones.
Según el informe “Tortugas marinas en el anzuelo”
que acaba de elaborar Oceana, estas flotas emplean unos
3,8 millones de anzuelos cada día, lo que equivaldría
a 1.400 millones de anzuelos al año. 200 millones
estarían dedicados a la captura de pez espada y 1.200
serían para túnidos. El 37 por 100 de este
enorme esfuerzo pesquero se concentra entre el Atlántico
y el Mediterráneo. Se estima también que por
cada 1.000 anzuelos calados se pueden llegar a capturar
14 tortugas boba (Caretta caretta) y 2,4 tortugas laúd
(Dermochelys coriacea).
Entre 50 y 70 barcos palangreros españoles, mayoritariamente
con base en los puertos pesqueros de Alicante, Murcia y
Almería se dedican en el Mediterráneo occidental
a la pesca con palangre de pez espada (Xiphias gladius).
Se les conoce popularmente como “marrajeros”
porque en sus orígenes también tenían
como objetivo la pesca de tiburones de esa especie.
Son mayoritariamente barcos de entre 12 y 18 metros de eslora,
con tripulaciones que oscilan entre cuatro y ocho personas.
Sus palangres, que tienen una longitud de entre 22 y 44
millas por barco (30 y 60 kilómetros), van provistos
de entre 1.200 y 1.400 anzuelos. Aunque su actividad se
lleva a cabo todo el año, se intensifica en los meses
de junio, julio, agosto y septiembre, con una media de 20
días de pesca al mes por embarcación. Durante
esos meses, en la zona de pesca de esta flota pueden llegar
a calarse alrededor de 3.000 km de línea de palangre,
portando 80.000 anzuelos cada noche.
Es también en esta época cuando se produce
el impacto más notable sobre las tortugas. La flota
palangrera española captura involuntariamente una
cantidad de tortugas que diversos investigadores han estimado
entre 15.000 y 30.000. La cifra que se baraja como estimación
media es la de 20.000 animales.
El palangre de superficie, que tanto daño está
causando a las tortugas marinas, es básicamente un
arte de pesca pasivo con anzuelos: en una línea madre
mantenida en la superficie por boyas, los pescadores cuelgan
entre 100 y 200 palangres, en los cuales el pescador va
colocando los anzuelos.
Oceana propone la sustitución de los actuales anzuelos
con forma de “J” por nuevos anzuelos en forma
de “G”, que en otras pesquerías han demostrado
reducir las capturas y la mortalidad de las tortugas capturadas
accidentalmente. Probando diferentes tamaños de anzuelos
se intentará determinar igualmente una talla que
cumpla el propósito de protección de las tortugas
sin impactar en las capturas de peces espada.
Igualmente propone el establecimiento de zonas y periodos
de veda que garanticen que las áreas y épocas
de concentración de las tortugas marinas son evitadas
por la flota marrajera. Oceana trabaja actualmente para
reducir las capturas accidentales de tortugas marinas en
ambos extremos de su área de distribución:
las costas americanas y el Mediterráneo.
WILDLIFE CONSERVATION SOCIETY RECIBE DEL
BANCO DE INVERSIONES GOLDMAN SACHS 272 MIL HECTÁREAS
EN TIERRA DEL FUEGO
Washington,
(Ecoestrategia).- Wildlife Conservation Society
(WCS) un organismo mundial de conservación con operaciones
en más de 50 países y basado en Estados Unidos,
fue finalmente el grupo elegido por el banco de inversiones
Goldman Sachs para donar las 272 mil hectáreas que
posee en Tierra del Fuego.
Desde que el banco anunciara sus intenciones de ceder la
propiedad para la creación de una reserva natural,
en diciembre de 2003, el nombre del grupo escogido era la
noticia más esperada por el mundo ambientalista.
El banco de inversiones cumplió así puntualmente
los plazos que se había fijado para resolver el destino
de la tierra hacia fines de 2004.
El director adjunto de Goldman Sachs, Larry Linden, explicó
que el banco formó una alianza con WCS por un período
de tres años para apoyar al organismo en las primeras
etapas del proyectos con ayuda financiera y recursos para
enfrentar cualquier contingencia. El presidente y director
ejecutivo de WCS, Steven Sanderson, anunció que próximamente
iniciará la formación de un comité
integrado en su mayoría por chilenos que colabore
en el diseño de una estrategia de desarrollo para
los terrenos.
Por ahora, sin embargo, no descarta alguna forma de explotación,
como negocios de ecoturismo que puedan ser realizados en
conjunto con la comunidad. La estrategia “podría
incluir varias posibilidades desde apartar las tierras sin
darles ningún uso más allá de mantener
su integridad ecológica, hasta el ecoturismo y actividades
más económicas, trabajando con la comunidad
local”, señaló Sanderson. Los terrenos,
que hasta febrero de 2002 pertenecían a Trillium
Corporation, estaban destinados originalmente a la explotación
del bosque de lenga, pero debido a dificultades financieras
de la forestal estadounidense pasaron a manos de Goldman
Sachs.
Respecto de la posibilidad de hacer un manejo del bosque
nativo, Sanderson señaló que WCS todavía
no tiene una posición sobre ese tema y que espera
tener una definición en el futuro, pero destacó
que además de ser sustentable, cualquier decisión
tendría que tener además un buen sentido de
negocio. “Hay un acuerdo general de que no es una
buena idea y que se debe evitar cortar árboles antiguos
porque cuando uno comienza a hacer eso se cambia la estructura
y la dinámica del bosque, pero al mismo tiempo hay
formas de manejar ciertas clases de bosques en forma sustentable”,
explicó.
El ejecutivo recalcó, sin embargo, que el propio
bosque como paisaje es un activo muy valioso en sí
mismo porque tiene enorme atractivo para los turista, “de
modo que no hace falta consumir el activo” para generar
una ganancia.
WildLife Conservation Society fue creado en 1895 como un
organismo mundial de conservación de tierras y especies
silvestres. Actualmente está presente en 50 países
y administra reservas naturales para la protección
de animales desde los gorilas de la montaña en Ruanda
a los Tigres de Bengala en India. WCS administra además
el zoológico del Bronx, el acuario de Nueva York,
el zoológico de Central Park y otros dos zoológicos
más pequeños en Queens y Prospect Park, también
en Nueva York.
MÉXICO DESAPROVECHA SU ENORME POTENCIAL EN ENERGÍAS
RENOVABLES
Ciudad
de México, (Ecoestrategia).- Un estudio
reciente del National Renewable Energy Laboratory de Estados
Unidos afirma que sólo en Oaxaca (México)
existe un potencial eólico de 33,000 mega watts (MW),
lo cual representa más del 60% de toda la capacidad
instalada para producir energía eléctrica
que actualmente no se aprovecha.
Además, los costos de generar electricidad utilizando
energías renovables ya se ubican en niveles que compiten
con los procedimientos basados en combustibles fósiles.
El aprovechamiento del viento, la biomasa y las minihidráulicas
puede tener costos por abajo del precio promedio pagado
por los usuarios de energía eléctrica en México,
que fue —de acuerdo con la Comisión Federal
de Electricidad— de cerca de 7 centavos de dólar
por kilowatio/hora (KW/h) en 2002.
Por otro lado, las energías renovables pueden servir
como motor regional de desarrollo. El noroeste del país
tiene una insolación ideal, si de energía
solar se trata; hay excelente viento en Oaxaca, Zacatecas,
Hidalgo y Baja California; abundante biomasa en Durango,
Michoacán, Guerrero; potencial para minihidráulicas
en Chiapas Puebla, Veracruz y Tabasco; y geotermia en Puebla,
Michoacán y Baja California. A pesar de ello, la
política energética continúa centrada
en los combustibles fósiles.
“Los estragos que en esta zona ocasionó el
huracán Kena hace dos años fueron un anticipo
de lo que puede ocurrir en forma recurrente de continuar
la desmedida quema de combustibles fósiles (petróleo,
carbón y gas) y la deforestación, condiciones
que propician el cambio climático”, señaló
Arturo Moreno, coordinador de la campaña de energía
y cambio climático de Greenpeace México.
Añadió que al menos 20 millones de mexicanos
viven en condiciones de alto riesgo frente a la amenaza
del cambio climático, debido a las intensas variaciones
climáticas que ocasionaría El Niño
o al aumento de fenómenos meteorológicos extremos
como los huracanes y tormentas, que provocan inundaciones
y deslaves.
Esto conlleva impactos potenciales en materia de salud
pública, producción de alimentos, disponibilidad
de agua, afectación de ecosistemas, pérdida
de infraestructura y asentamientos humanos, además
existen grandes posibilidades de que aumenten los incendios
forestales y que empeore la contaminación atmosférica
en las ciudades.
El Panel Intergubernamental para el Cambio Climático
advierte: "Los efectos más dañinos del
cambio climático se espera que sean en los países
en vías de desarrollo, en términos de pérdidas
de vidas, inversiones y economía". Los impactos
económicos previstos incrementarían la disparidad
entre los países desarrollados y los que están
en vías de desarrollo.
El mejor mecanismo para contrarrestar la amenaza del cambio
climático es la promoción de las energías
renovables, de las cuales México tiene un gran potencial
aún no explotado. “Nuestro sector energético
no está respondiendo a las necesidades y retos del
siglo XXI. El futuro es de las energías renovables.
El viento, el sol, las corrientes de agua, el calor del
planeta y la materia orgánica son recursos que debemos
aprovechar, porque los tenemos en abundancia, son amigables
con el ambiente y nos permitirán generar crecimiento
económico. Además, su uso contribuiría
a evitar el cambio climático y a garantizar nuestra
independencia energética”, concluyó
Arturo Moreno.